jueves, 2 de junio de 2011

Reflexión acerca de las prácticas como docente en la EA de la Historia

          Hay muchas razones para aprender la Historia. Para conocer tus antecedentes familiares, tu propio desarrollo personal, la vida en sociedad, el nacimiento de tu localidad, municipio, entidad, país, continente, etc. Para tener una pauta del cómo la humanidad ha avanzado en los ámbitos de la cultura, la ciencia, la tecnología, la economía, la política, la educación, etc. El hombre aprende del hombre principalmente, y de todo lo que le rodea; el ser humano hace historia todos los días, con aciertos y errores y todo esto es lo que hace progresar a la humanidad.
          Para la enseñanza de la historia no hay un método específico (deductivo o inductivo) sino las adecuaciones y combinaciones de ambos. Utilizamos estrategias como la línea del tiempo, lecturas comentadas, el análisis y la reflexión a base de preguntas generadoras, los videos, la elaboración de mapas conceptuales, la investigación, etc.
          La manera de cómo enseño tal vez si tenga algo parecido del como aprendí historia de mis maestros, sin embargo, tenemos la responsabilidad y compromiso de actualizarnos para mejorar, y no caer en los mismos errores como en el que nos daban cuestionarios de preguntas cerradas y teníamos que aprenderlo de memoria y ya. La forma de cómo enseño logro captar la atención de mis alumnos, tal vez de un 70%, quizá porque los materiales didácticos con los que cuenta la escuela son muy escasos, porque sólo tercer ciclo cuenta con el programa de enciclomedia, hay pocas láminas didácticas y muy pocos libros en la biblioteca escolar y de aula. Considero que, para mejorar mi práctica docente, me hace falta conocer bien la historia, que me interese a mi primero, para poderla transmitir e interesar a los alumnos, motivarlos a la investigación. Y por supuesto, la actualización para el conocimiento de nuevas estrategias de enseñanza-aprendizaje de la historia.

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